martes, 15 de marzo de 2011

Chema Madoz: Ilusiones de la mente


Nada es lo que parece y nada parece lo que es. Así podría definirse el trabajo del fotógrafo Chema Madoz. Con originalidad y sencillez el autor es todo un experto en el engaño. En sus fotografías, una castañuela abierta puede ser una ostra;  un ataúd, un reloj antiguo de pared y un auriculares transformarse en unos bonitos pendientes

Ocultos entre la cotidianeidad surgen nuevos mundos. Nuevas dimensiones que de la mano de la metáfora alteran la percepción de la realidad más inmediata. Así una escalera apoyada en un espejo sugiere la entrada en un nuevo universo, incita a la reflexión, a la curiosidad, a ver más allá de lo que simplemente percibimos a través de los ojos. Consigue llevar al espectador a un lugar más allá de la realidad.

Sus fotografías tratan con la más absoluta sencillez de impregnar la mente del que observa con múltiples visiones de un mismo objeto. Similitudes que nos reafirman en aquello de que “las apariencias engañan”. El absurdo, la paradoja, el humor -por qué no la greguería- se dan cita en el estudio del fotógrafo. El planteamiento inicial es sencillo: un objeto cualquiera fotografiado. Pero el resultado va mucho más allá, juega a la ilusión óptica e incitan a la divagación.

El trabajar en blanco y negro dota a sus fotografías de intemporalidad, algo que encaja a la perfección con la visión del fotógrafo y su personalísima reconstrucción de la realidad.

Para Madoz la fotografía es mucho más. Es crear y componer una realidad alternativa. Está claro que en fotografía robar un instante, o un rostro, no es algo sencillo. Madoz no lo hace. Él fabrica conceptos, algo que tampoco puede hacer todo el mundo. Como algunos dicen “su cámara fotográfica juega el doble papel de ser máquina de mirar con nitidez y claridad, y medio de prolongar una mirada de registro poético”. Su estilo llama la atención, atrae, entretiene, provoca y evade. Y es que la mente de Madoz se mueve en otra dimensión distinta y en su trabajo consigue convertir lo real en fantástico y lo fantástico en real.

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